22.1.08

Cenar en un restaurante "Con Gracia"

Buenas noches niños y niñas:
El paso 12 de enero, coincidiendo con el viaje que Ana y un servidor hicimos a Barcelona para examinarnos, nos fuimos a cenar a un bonito restaurante que casi encontramos de casualidad. Se llama Con Gracia y esta fue la experiencia.
Lo primero y más gracioso del asunto es que el restaurante está en la calle Martínez de la Rosa. No sé si es casualidad, pero lo cierto es que me hizo gracia el detalle.
El sitio es muy pequeño, apenas seis mesas pero realmente tiene un ambiente muy acogedor.
Al llegar, un amable camarero (sólo hay dos), nos explica un poco el funcionamiento. Tienes tres menú de degustación (tradición con lo mejor de otras temporadas, expresión y sorpresa).
Nos decidimos por "Sorpresa". Nos explican que son 5 platos y nos recomienda que hagamos
maridaje de vinos, así cada plato irá acompañado por un vino adecuado.
En este momento, Ana saca su colección de pastillas y brebajes del NaturHouse a lo que un sorprendido camarero pregunta al ver el repertorio: Un poquito de agua para ayudar?? jajaja

Previo al menú propiamente dicho, nos traen unos shots de guisante con
wasabi (los guisantes estaban crujientes y el picor del wasabi era muy
suave y elegante) y una selección de aceite con sal especiada para hacer
unas sopitas con un pan que no recuerdo de que era...(vease mi mano al fondo dando buena cuenta del aceitito)

Después de los snacks, empiezan a servir los platos de menú.






Primero nos ponen (según los presentes, es decir, Ana y yo y algún otro comensal vecino al que escuché, el mejor plato de todo el menú), una sopa de foie con miso y aceite de trufa blanca. Sólo decir que era absolutamente pecaminosa.








Le siguió un risotto con ceps y chorizo ibérico. Muy rico y cremoso, con el arroz en su punto y el sabor del parmesano y del chorizo perfectamente integrados. Te quedabas con ganas de comer un poquito más...








Luego nos sirvieron una lubina salvaje de Chile con una ensalada de lentejas y shitakes.
También me encantó. Yo que no soy muy dado a comer pieles (ni de pollo, pescado...etc) tengo que decir que me encantó. Estaba muy
muy crujiente sin embargo la lubina estaba en el punto muy muy jugosa. La ensalada de lentejas y shitake, rica sin más.






Por la parte de la carne y en cuarta posición, nos pusieron un magret de pato con puré de berenjena y orejones de melocotón.

El punto era como a mi me gusta y "anti-pili" ajjaja, es decir, con el punto de la carne rojo rojo, pero rica rica...
El puré de berenjena me recordaba a la castañas asadas, así que decidimos que llevaba algún ingrediente que suele echarse en la cocción de las mismas: hinojo, nebeda...




Por último, el postre fue una creme brule con espuma de horchata y crema de jengibre.

Según los presentes al acto, es decir "nusotros" y después de la sopa, el segundo mejor plato del menú. Sencillamente delicioso.



Y por último y junto con una infusión "de cuyo nombre si quiero acordarme" pero mi cabeza no da para más (a ver la secretaria que anotó), nos pusieron unos petit fours variados (frambuesa, chocolate...)

En fin, esta es la historia. Espero que la próxima en vez de tener que escribirla, la comentemos en la mesa del restaurante.

Muak,
Emilio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Madre, que cena más genial, estaba todo riquísimo, muy bien presentado, los camareros te explicaban cada plato y el vino que lo acompañaba.
Para volver sin dudarlo, bueno, no, antes de repetir, iremos a otros restaurantes, no???,jajajja.

Anie.